domingo, 27 de junio de 2010

Pictografías. La indagación de lo real

[caption id="attachment_17" align="alignleft" width="240" caption=""Shamir". Cinthya Soto"]Shamir[/caption]

Pictografías es el nombre de una de las líneas de investigación más recientes de Cinthya Soto, artista que ha abordado con maestría las posibilidades del medio fotográfico, llevándolo deliberadamente a zonas de contaminación con lo cinematográfico, lo instalativo y lo pictórico; y abarcando un amplio repertorio temático en el que prevalece el detalle cotidiano y su infinidad de interpretaciones dependiendo del momento y del espacio desde el que se mire.

En esta serie lo pictórico y lo cotidiano ocupan un rol medular. Soto realiza una especie de foto-ensayo de pinturas decorativas, publicitarias e informativas de pequeños locales comerciales, entre ellos, bares, restaurantes, verdulerías, carnicerías, talleres de reparación de carros y similares.

El repertorio de recursos representativos, simbólicos y tipográficos de estas imágenes tiene como denominador común su anclaje en un registro estético de carácter popular, el cual revela presencias, deseos y relaciones propias de contextos que, en el horizonte actual, empiezan a adquirir el carácter de sobrevivientes bucólicos pertenecientes a otro tiempo.

Pero antes que aproximarse a estos lugares con una actitud nostálgica de carácter exotista, Soto los aborda desde una posición en la que confluye la externalidad propia de la mirada fotográfica, con la afinidad y la complicidad de quien se ha permitido usar y disfrutar estos espacios. De esta convergencia se desprende lo que parece ser el denominador común en estas imágenes, esto es, la indagación sobre el estatuto de lo real.

Con el lente de Soto estas imágenes se magnifican como realidades desbordantes, microespacios que aglutinan las coordenadas estéticas, sociales, económicas y culturales de distintas realidades cotidianas.

La aproximación frontal que comparten la mayor parte de estas fotografías genera un efecto óptico de fusión de planos que, en una primera lectura, dificulta determinar los límites entre la superficie pintada y el espacio en el que se sitúa esta superficie. Este efecto es corregido por el encuadre, recurso que suele incluir alguna pieza de mobiliario o cualquier otro tipo de referente espacial, facilitando el reconocimiento contextual de lo fotografiado. Este ajuste perceptivo transforma la imagen en un espacio saturado de sentido, como si la realidad se condensara en cada imagen y no cupiera en el lente, como si su vida útil permaneciera bajo amenaza de extinción.

Lo real se presenta aquí como una dimensión escurridiza, directamente vinculada con la posición de cada sujeto en el espacio y en el tiempo. De ahí que lo registrado se nos ofrezca a través de una imagen fragmentaria, recurso que siempre anuncia la existencia de un ausente que parece evocar lo inconmensurable de la realidad y de los sujetos que la colman de sentido.



Este mecanismo se asocia íntimamente a una aproximación “espacializada” y “temporalizada” de la realidad. Además de proveer coordenadas físicas a todo lo que acontece, el espacio y el tiempo son construcciones sociales que participan de forma crucial en las operaciones de adjudicación de sentido con el entorno. Las obras incluidas en esta serie evidencian ubicaciones provisorias en el espacio y en el tiempo. Registran espacios tomados, barroquizados material y simbólicamente por capas de sentido que proceden de distintas temporalidades, y que se superponen atendiendo al universo de valores comprendido en las relaciones sociales y afectivas de los contextos de los que provienen.

Esta serie parece reclamar a gritos la identificación de los individuos que cotidianamente conviven en los contextos registrados, de las dinámicas que atestiguan e hilvanan, y de las funciones que desempeñan. La dificultad de disociación espacial que genera el encuadre, parece registrar metafóricamente la integración de lo representado con espacios normados por los hábitos y por las adjudicaciones de sentido de quienes los habitan y los frecuentan. Se trata de fragmentos que prolongan y eternizan esa atmósfera humanizada que los impregna y los sobrepasa.

Pero la dimensión desbordante de estos trabajos no se vincula exclusivamente con las realidades que tratan, también refiere al ejercicio mismo de la producción artística. En Pictografías existe una actitud crítica respecto a algunos paradigmas que circunscriben el ejercicio creativo a categorizaciones reduccionistas, ajenas al complejo universo de realidades que incluye la creación artística.

Soto concede un rol tutelar al medio del que se sirve, aunque en una vía que apunta a la transvaloración, antes que a la subversión. En su caso existe una larga investigación sobre las posibilidades del medio fotográfico, que en esta serie se nutre de la interlocución con lo que la artista reconoce como “una estética local peculiar, fresca, cotidiana, alejada de patrones académicos”. La artista juega con los límites de lo pictórico y lo fotográfico, con las frágiles fronteras de una estética “central” y una estética “marginal”, y celebra la sobre-presencia de la autoría anónima o de raigambre popular, sin omitir por ello, su propia autoría.

Estas obras indagan en el fenómeno de la percepción situando al medio fotográfico en una posición central. De ahí que el juego con los encuadres y con el registro de la propia película fotográfica susciten pequeñas crisis de identidad entre lo fotografiado, lo pintado y el espacio “real”. Estos factores actúan como señuelos de una experiencia de desdiferenciación de lo percibido, que pasa por la identificación de las autorías superpuestas y/o conjuntadas en cada imagen, incluyendo entre ellas, la intervención autoral de quien observa.

El trabajo de Soto ofrece así un repertorio inagotable de consideraciones sobre la realidad, abarcando problematizaciones sobre los preceptos que trazan el andamiaje para la institución de lo real, sobre las posibilidades de relación que podemos pautar con la realidad, sobre lo que esas realidades nos pueden ofrecer en lo que tienen de azaroso e inabarcable, y sobre los procesos de auto-revisión que median en su comprensión desde una perspectiva crítica.

San José, 2009




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